El vecino aclaró en su testimonio que las denuncias que haría serían sobre los daños que causan y han causado los agrotóxicos en su localidad, pero que “seguramente debe ser la situación que se está dando en muchas localidades del Interior del país”. Haciendo un repaso de la historia de movilización contra las aplicaciones de los pesticidas en la zona, Fagúndez contó que la preocupación inicial de los vecinos llegó con la instalación de monocultivos forestales sobre la cuenca del arroyo Guayabos, desde donde se toma el agua para abastecer la localidad de Guichón. Pero pronto las fumigaciones comenzaron a poner riesgo directamente a los pobladores y pobladoras de la localidad, debido a la escasa distancia en que se empezaron a hacer los monocultivos, llegando a ser de no más de 20 metros de algunos barrios.

Asimismo, el vecino denunció la existencia de plantaciones de soja situadas a unos 35 metros de la Unidad Potabilizadora de Agua (UPA) de OSE (Obras Sanitarias del Estado, empresa pública encargada del suministro de agua potable en el país). Estas UPA mantienen el agua al descubierto a una distancia muy pequeña de donde pasan las avionetas fumigadoras de los monocultivos sojeros. Según reglamentación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay, está prohibido realizar fumigaciones con agrotóxicos a menos de 500 metros de cualquier centro poblado.

Entre otras denuncias realizadas por Fagúndez están: la disposición en el vertedero de la localidad de envases de endosulfán por parte de las empresas sojeras; fumigaciones cercanas a escuelas rurales; mortandad de peces en el arroyo Santana, varios abortos espontáneos en épocas de fumigación.

El audio completo del testimonio de Marcelo Fagúndez se encuentra en el archivo adjunto.