8 de mayo de 2013 | Entrevistas | Derechos humanos | Industrias extractivas | Luchadores sociales en riesgo
Descargar: MP3 (7.5 MB)
La integrante del colectivo feminista guatemalteco La cuerda, Paula Irene del Cid, estuvo junto a Natalia Atz, de CEIBA - Amigos de la Tierra Guatemala, participando de una gira en el mes de abril por países europeos para denunciar el accionar de las empresas transnacionales de ese continente en el país centroamericano.
Las comunidades se encuentran en constante amenaza a causa de su resistencia a grandes proyectos extractivos. El más reciente de estos avances violentos, fue la declaratoria de estado de excepción para cuatro municipios que se encontraban en resistencia contra un proyecto minero de la empresa canadiense Tahoe Resources.
En entrevista con Radio Mundo Real, Paula Irene del Cid caracteriza la lucha de las mujeres en Guatemala, describe los distintos roles que vienen cumpliendo, y también denuncia el impacto diferenciado que tiene el avance del capital transnacional sobre aquellas mujeres que deciden defender sus territorios, sus culturas y base de sustento.
En primer lugar, la activista señala que en algunos casos ocurre que son las mujeres que encabezan las luchas en Guatemala. Tal es el ejemplo de La Puya, un sitio en donde las mujeres encabezan ya hace más de un año una resistencia pacífica a la instalación de una mina de capitales estadounidenses.
Justamente la reivindicación de una resistencia pacífica es otro de los rasgos que destaca Paula de la lucha que llevan adelante las mujeres guatemaltecas. Según cuenta, las mujeres son quienes están levantando la voz en reclamo de paz en su país, bajo la consigna “no queremos más hijos para la guerra”.
Una de las banderas de lucha para las mujeres que están resistiendo el avance de las empresas transnacionales sobre sus territorios, es precisamente llamar a la gente de sus comunidades a no vender sus tierras, porque “es el mecanismo que usan estas empresas para apropiarse del territorio cuando la vía de desalojo de campesinos mediante la Justicia no funciona”.
En este trabajo, cuenta la militante feminista, las mujeres están proponiendo discusiones conceptuales y políticas, en las que se pone en cuestión, por ejemplo, el concepto de propiedad privada: “las mujeres indígenas son las que cuestionan: ¿cómo es posible que se pueda decir que la gente es dueña del suelo, pero que el Estado es dueño del subsuelo?”.
Pero la minería no es el único problema al que se ven enfrentadas las comunidades, la activista denunció también las consecuencias de la implementación de monocultivos de palma aceitera: “cuando se hacen estos desalojos se están interrumpiendo los usos y costumbres de las comunidades y la manera en que pueden sustentarse. Las mujeres de Polochic sembraban comida, y ahora están sembrando para cosechar combustible. Ellas dicen: ’Nos quedamos sin comida nosotras, se quedan sin comida los pueblos’".
Paula consideró de especial importancia realizar denuncias acerca de los agrocombustibles en su reciente gira: “desde aquí de Europa se piensa que lo que se está produciendo es energía limpia, y lo que les decimos es que no es limpia, está manchada de sangre".
Por último, señaló que la violencia sexual es utilizada como instrumento de control político y es parte esencial del avance extractivo multinacional en Guatemala. Allí son corrientes los casos de acosos y violaciones por parte de las fuerzas estatales y de las propias corporaciones.
“Estamos ante una política extractiva que está ordenada, planificada desde afuera, con el beneplácito del gobierno, donde las mujeres somos atacadas particularmente, y también formamos parte de la resistencia”, resumió Paula acerca del modelo de desarrollo actual en Guatemala y el lugar que ocupan las mujeres en él.
Radio Mundo Real 2003 - 2018 Todo el material aquí publicado está bajo una licencia Creative Commons (Atribución - Compartir igual). El sitio está realizado con Spip, software libre especializado en publicaciones web... y hecho con cariño.