“Hablar de fiminismo y justicia de género es hablar también de la construcción de una justicia más amplia, que es lo que queremos alcanzar con la organización”, agregó la integrante de Amigos de la Tierra Brasil.

Fue entrevistada este miércoles para Radio Mundo Real junto a Claudia Ramos-Guillén, de Otros Mundos Chiapas – Amigos de la Tierra México, por la facilitadora del Grupo de Justicia de Género y Desmantelamiento del Patriarcado de ATI, Celia Alldridge. Ese grupo de trabajo está reunido en las afueras de la ciudad mexicana de San Cristobal de las Casas, estado de Chiapas, en el centro ecológico alternativo Alter Natos, de Otros Mundos Chiapas.

Es la segunda reunión de trabajo del grupo, luego de la realizada en Accra, la capital de Ghana, en septiembre de 2017. Participan integrantes de grupos de ATI representantes de todas las regiones y estructuras de esa federación ambientalista.

La nueva instancia de reunión del Grupo de Justicia de Género y Desmantelamiento del Patriarcado permite, según explicó Claudia, “dar seguimiento a la construcción de nuestro marco conceptual, qué significan para ATI la justicia ambiental y la justicia de género, entendiendo que no puede haber una sin la otra”. A su vez, se evalúa el trabajo del grupo hasta el momento, y de la coyuntura global a partir de las experiencias en las bases en las diversas regiones, y se plantean objetivos de trabajo.

Claudia enfatizó que a pesar de las diferencias entre las regiones, a nivel general el grupo identifica “un claro avance del neoliberalismo”, “y en el caso de América Latina mucho más agudizado con el avance de la derecha neoliberal”. En ese sentido, denunció “un proyecto de militarización” en la región, y en especial la “militarización de las calles y de los procesos de justicia en nuestros países”, y mencionó especialmente los ejemplos negativos de Brasil, Paraguay y Honduras.

La representante de Otros Mundos Chiapas – Amigos de la Tierra México dijo que la gran presencia de militares y policías en esos contextos de violencia tiene consecuencias sobre “las mujeres defensoras de la tierra y el territorio, que están poniendo el cuerpo día a día en sus luchas y en el ejercicio de su papel político como defensoras”. Añadió “el recrudecimiento de la criminalización sobre los derechos del cuerpo, el derecho a la decisión, que cada vez es más penalizado”, como en los casos de penas contra el aborto y la prohibición del matrimonio igualitario.

En tanto, Celia subrayó el vínculo existente entre la explotación y el control de las mujeres, sus cuerpos, vidas y trabajos, y la explotación y el control de los territorios y la naturaleza.