Pero una recorrida por algunas zonas de la capital metropolitana venezolana, Caracas, permitió a RMR comprobar la vívida presencia de Chávez en la profundidad de los sectores populares de ese país, abocado a superar un bloqueo internacional, promovido desde los Estados Unidos de América y, lo que resulta aún más paradójico, desde los liderazgos políticos opositores venezolanos.

En el siguiente informe especial, comunicadores comunitarios, liderezas barriales y agentes culturales barriales destacan la trascendencia de lo que está en juego hoy en el país sudamericano que cuenta con las mayores reservas certificadas de petróleo en el planeta.

“La parroquia más musical”

Así se conoce a San Agustín, la comunidad que albergó desde los albores del siglo XX a las diversas oleadas migratorias que se asentaron en Caracas, con sus respectivos equipajes culturales y musicales, de fuerte acento africano.

Así como hasta los 60 el centro de la comunidad lo constituyó el Teatro Alameda, que también funcionó como cine y que albergó a las estrellas de la música tropical que recalaban en Caracas, tras décadas de abandono el viejo teatro fue recuperado por la comunidad.

El cuidado edificio es serpenteado al caer la tarde por niños, niñas, adolescentes y alumnos que cultivan la música, la comunicación comunitaria o la danza en San Agustín.

La actual guerra económica hace que también ese sea un centro de distribución de alimentos a las familias organizadas, para evitar la especulación. De esa zona surgió el emblemático Grupo Madera, una de las expresiones internacionales de la cultura popular venezolana.

Orlando Martínez, poeta repentista y partícipe del proceso de recuperación del Teatro Alameda explicó por su parte que las dificultades de acceso a la alimentación por la que atraviesa su parroquia son el resultado de “un ataque feroz” para sabotear el proceso bolivariano.

Explica por qué la superación de las dificultades por las que atraviesa el país en cuanto a disponibilidad de dinero en efectivo o productos alimenticios no han alcanzado niveles de estallido social: “sabemos que ninguna guerra nos asegura superar los actuales problemas; tenemos disciplina para vencer esta guerra económica y no fomentar la especulación. Alimentos hay, pero hay quienes los concentran y especulan con ellos”, dijo a RMR Orlando.

Arsenales varios

Una frontera invisible divide históricamente a la capital venezolana: hacia el sector este las locaciones acomodadas y en el oeste las zonas más populares y “pobres”. Precisamente hacia el este se han dado las llamadas “guarimbas” o cortes de vías de tránsito mediante violencia, ataques a transporte público y motonetistas entre otros.

En el oeste pueden encontrarse las “comunas” más organizadas, como San Agustín o la llamada “El Panal” en el barrio 23 de enero, que también visitamos. Allí, la comunidad desarrolla su autogobierno enclavada a escasa distancia del mismísimo Palacio Presidencial de Miraflores.

Hablamos de 14 mil personas articuladas en torno a diversas experiencias productivas -panaderías, textiles-, sociales, de salud pública y culturales -radio comunitaria y TV Arsenal-. Una de las innovaciones de este comuna ha sido la generación de una moneda propia que permite resolver la falta de dinero en efectivo: “El Panal” es una respuesta genuina a una arista dramática de la guerra económica. Y funciona.

Ana Marín, de la organización “Fuerza Patriótica Alexis Vive” es una de las voceras de esta comuna y explicó a Radio Mundo Real la concepción de empoderamiento popular como el elemento transformador central en las dos décadas de Revolución Bolivariana.

“Nosotros, los pobres, sí podemos hablar”

Ana explica el salto cualitativo que representó la concreción de medios de comunicación propios para la comuna: “a Chávez le dieron un golpe de estado comunicacional y entonces comprendimos que era importante contar con los medios para decir lo nuestro y para ampliar nuestra experiencia”, explica Ana en testimonio para Radio Mundo Real.

Informe especial con experiencias comunales en la ciudad de Caracas, Venezuela. Música: Grupo Madera y Alí Primera.