Se realizó un acto, en el que Lula da Silva hizo uso de la palabra, entre varios otros oradores, en una ciudad sitiada por la policía y militares. Luego los manifestantes marcharon hasta las orillas del río Guaíba, en la zona en la que se instaló un campamento de diversos movimientos sociales brasileños que llegaron a Porto Alegre en solidaridad con Lula. El campamento se ubica a alrededor de un kilómetro del Tribunal en el que mañana se juzga a Lula.

El ex presidente fue condenado en julio de 2017 por el juez Sergio Moro a nueve años y medio de prisión, por corrupción pasiva y lavado de dinero. Moro alegó que Lula da Silva sería el dueño oculto de un apartamento tríplex en el municipio de Guarujá, en el litoral del estado de São Paulo, que le habría dado la constructora OAS a cambio de que el ex presidente intercediera para conseguirle contratos de trabajo con la empresa estatal Petrobras.

Tres jueces serán los que ahora tienen que decidir en el TRF4 si anulan la sentencia en primera instancia y absuelven a Lula, o si ratifican la condena, la disminuyen o la aumentan.

Los dirigentes de los diversos movimientos sociales brasileños, agrupados contra el gobierno golpista de Michel Temer especialmente en los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, coinciden en que no hay pruebas contra Lula y que se trata de una “guerra legal”, un juicio político para evitar que el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) sea electo nuevamente en las elecciones de octubre.

Radio Mundo Real estuvo en la movilización de este martes y aprovechó para conversar con varios militantes sociales.

Janaina Silva de Oliveira, del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) de Brasil, de la ocupación “Pueblo Sin Miedo de Porto Alegre”, dijo: “estamos aquí para apoyar a Lula. No está bien que una persona sea juzgada sin pruebas”. “Espero que mañana (los jueces) decidan con justicia, y no queriendo incrimar a una persona sin pruebas”, agregó. Cerró asegurando que el MTST seguirá ocupando predios y en lucha por sus derechos a vivienda, salud y saneamiento básico, entre otros.

En tanto, Vilmar Francisco Bergmann, también del MTST, y de la misma ocupación en Porto Alegre, explicó que durante las presidencias de Lula da Silva y Dilma Rousseff (sucesora del ex mandatario también a nombre del PT, derrocada por Temer) consiguió acceder a un predio, pero que luego del golpe de 2016 no se avanza en la lucha por viviendas.

Asimismo, Tatiane Paulino, del estado de Rio Grande do Sul, y de la coordinación nacional del Movimiento de Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués), se manifestó en defensa de la democracia y del derecho de Lula a ser candidato. “Percibimos que nuestro país es entregado al capital internacional, con reformas estructurales del gobierno golpista”, que provocaron graves retrocesos en materia de educación, salud y alimentación por ejemplo, dijo la dirigente.

Ya en la marcha de cierre de la movilización de este martes, Fernando Campos, de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Brasil, destacó la unidad de los movimientos populares brasileños, aún con diversas demandas, porque la coyuntura nacional exige esa unión de esfuerzos, para garantizar los derechos conquistados por la lucha popular a 30 años de aprobada la Constitución brasileña. “Porto Alegre hoy está totalmente militarizada, con todas las fuerzas policiales y del Ejército, para garantizar un Estado capturado por las corporaciones, es una elite controlando el Estado”, denunció Fernando.