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10 de enero de 2018 | Entrevistas | Agroecología | Anti-neoliberalismo | Derechos humanos | Fuera OMC – Construyendo Alternativas | Soberanía Alimentaria
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“Somos una multisectorial donde hay sindicatos, organizaciones sociales, espacios asamblearios, compañeros independientes, que van trayendo sus experiencias. Lo que nos unifica es la lucha contra el agronegocio, que padecemos cotidianamente. Somos población fumigada. Nos obligan todo el tiempo, como en las ciudades, a consumir productos fumigados”, así presentó la investigadora argentina Carla Poth a la Multisectorial contra el Agronegocio, en la Cumbre de los Pueblos, que se hizo en Argentina en paralelo a la reunión de la Organización Mundial del Comercio.
La Multisectorial contra el Agronegocio se denomina, también, “La 41”, por el artículo de la Constitución de la Nación Argentina, que exige el resguardo de los derechos ambientales de todos los habitantes de la república, explicó Poth. Trabaja en los municipios de Marcos Paz, Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles, Navarro y Rodríguez.
Poth señaló que “cada territorio tiene especificidades” pero, al mismo tiempo, señaló la necesidad de “globalizar la lucha”, algo que están empezando a hacer, uniendo territorios.
El colectivo trabaja a diferente nivel. “El primer nivel es un poco reactivo: estamos constantemente fumigados”, dijo. Agregó que los agrotóxicos son “un insumo central” en el agronegocio, no sólo en Argentina sino en el continente y en el mundo, y que el uso excesivo de ellos es “el corazón del modelo del agronegocio”. En ese sentido, la multisectorial hace un trabajo de denuncia. “Algunos territorios en los que trabajamos tienen ordenanzas municipales que establecen distancias de fumigaciones que desde el vamos son horribles: hoy en términos académicos se ha demostrado que son muy pequeñas: 500 metros, 100, 300 metros. De primera mano hacemos el proceso de denuncia: hablar con la ciudadanía de estos territorios, que muchas veces ni siquiera saben de la existencia de estas ordenanzas, y explicarles cómo llevar adelante los procesos de denuncia”, relató.
Comentó que están empezando a hacer mapeos epidemiológicos en algunos distritos, usando como referencias las herramientas aplicadas en los barrios Ituzaingó Anexo y Monte Maíz, de Córdoba. Subrayó que esos mapeos “permiten mostrar en el territorio, efectivamente, cuáles son los impactos del uso constante de las fumigaciones y de los agrotóxicos en las personas”.
Poth destacó el trabajo que la Multisectorial está haciendo con las escuelas para resguardar a los niños de las fumigaciones. “La provincia de Buenos Aires tiene un montón de escuelas rurales que son sistemáticamente fumigadas; los niños y los docentes estamos constantemente expuestos a estos productos tóxicos, y no hay un trabajo en las escuelas al respecto; el Ministerio de Educación se niega a tomar el tema. Nosotros estamos dando una lucha muy fuerte que tiene que ver con el trabajo de concientización en las escuelas que viene acompañado, además, de un trabajo adentro del propio sindicato docente”, detalló. Se refirió, así, al Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), que integra la Multisectorial, y también a la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Asmafe), que ha tomado el tema.
La Multisectorial también hace un trabajo propositivo, destacó Poth: “se quieren generar redes de producción agroecológica, generar ferias que permiten articular la multiplicidad de productores campesinos y campesinas que producen de manera agroecológica y que ven, con muchísima dificultad, el disponer su producción en los ámbitos urbanos”, dijo. Conectar el campo y la ciudad es fundamental, más en los territorios en los que trabaja La 41, puesto que, tal como lo describió Poth, son “cascos urbanos pequeños harto rodeados de producción”. No obstante, los productores agroecológicos no están a salvo de los agrotóxicos: “el gran problema de los productores agroecológicos en nuestras regiones es que también son fumigados, entonces no pueden ni siquiera en muchos casos garantizar el carácter agroecológico de sus producciones, porque los están fumigando todo el tiempo”, alertó. “Gran parte de las ordenanzas de fumigaciones no son efectivamente cumplidas”, agregó, relacionando, así, el problema que atraviesan los productores agroecológicos, con el que sufren niños y docentes en las escuelas, y los vecinos que viven pegado a zonas de cultivos.
Por último, relató que La 41 es parte de la “Multisectorial contra la Ley Monsanto de semillas”, ámbito que reúne a más de 50 organizaciones que se oponen a los cambios que propuso hacerle el gobierno de Mauricio Macri a la Ley de Semillas 20.247, para beneficiar a las industrias del agronegocio. “Nuestros productores guardan semillas, reproducen e intercambian semillas en la feria”, planteó Poth, dejando ver que es una de las prácticas que se verían afectadas con el patentamiento de todo lo que se cultiva.
Imagen: https://www.facebook.com/multisectorialcontraelagronegocio41/
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