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27 de septiembre de 2017 | |

Feudalismo recargado

Uruguay: asalariado rural es brutalmente castigado tras reclamar por sus condiciones de trabajo

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Menos de dos semanas después de finalizada la Exposición Anual de la Asociación Rural de Uruguay en la capital, Montevideo, explicada por la corporación de criadores de ganado como “un puente” entre el campo ganadero y la ciudad, el país se conmovió ante la difusión de un caso de apaleamiento brutal contra un asalariado de la ganadería tras reclamar por sus condiciones salariales. Afirman que no es un caso aislado en el “Uruguay agrointeligente” del siglo XXI.

Los hechos currieron el 18 de setiembre pasado a 500 kilómetros al norte de Montevideo, en el departamento de Salto, específicamente en la estancia Flor de Ceibo, ubicada en Estación Itapebí. Sin embargo, el caso tomó estado público y movilizó a todas las instancias del país -desde la central sindical Pit Cnt hasta el Ministerio de Trabajo y el Poder Judicial- este martes 26.

Aquél día Hugo Leites, quien trabajaba y vivía desde hacía nueve meses en un galpón del establecimiento “Flor de Ceibo”, planteó al capataz del mismo, Paolo Rodríguez, reducir la jornada laboral y mejorar las condiciones de habitación y alimentación. La respuesta fue una brutal golpiza “a rebenque y lazo” por parte del capatáz, que se intensificó cuando este cayó al piso. Los daños producidos resultan visibles aun hoy y se confirmó en sede forense la fractura de costilla del asalariado.

Tras la golpiza, Leites se reitra del establecimiento y hace noche en un puesto cercano, a donde se dirige entrada la noche el estanciero Ernesto Estévez, propietario de la hacienda, advertido por su hombre de confianza de lo sucedido, con la intención de “liquidar” los haberes del peón y reclamarle que no hiciera la denuncia.


Fotografía muestra las heridas sufridas por el peón Leites a manos de su capatáz.

Como suele ocurrir en estos casos, la historia se “adornó” por parte de la parte empleadora, señalándose el robo de una herrramienta por parte de Leites como origen del choque, extremo que no se formalizó en la denuncia.

En cambio, Leites sí siguió adelante con la denuncia, tanto policial por la agresión, como frente a la justicia laboral y al Sindicato de Peones de Estancia (Sipes), integrante de la central de trabajadores Pit Cnt.

El efecto fue una conmoción general en un país en que a pesar de haber sido pionero en cuanto al reconocimiento de la jornada de 8 horas de trabajo en las ciudades, tardó un siglo para equiparar en ese derecho a los asalariados rurales.

En 2008 la ley 18.441 limitó la jornada laboral y estableció descansos intermedios, entre jornadas y semanales para los trabajadores rurales en Uruguay. Estableciendo que la duración máxima de la jornada de trabajo es de 8 horas diarias y 48 horas semanales por cada 6 días trabajados. Lo que supere esta base debe ser considerado hora extra y pagado doble.

Geografía humana de la estancia

Con algo menos de 20 millones de hectáreas de superficie, la población del país alcanza apenas a 3,2 millones de habitantes, de los cuales la población rural representa en torno al 7 por ciento. Contra un rodeo ganadero de unos 12 millones de reses vacunas y 5 millones de lanares, para tener una comparación.

La “estancia” o “hacienda” ganadera extensiva es la expresión del latifundio estructural que marcó desde la colonización y la lucha independentista al hoy territorio de Uruguay. Cría y/o engorde de ganado para carne en grandes extensiones, sin inversión intensiva de capital y con escasa necesidad de fuerza de trabajo asalariado, el que además cuenta generalmente con condiciones semi feudales, precariedad laboral extrema y la necesidad de una transumancia permanente cubriendo “changas” o trabajos temporales de stancia en estancia.

Aunque desde las políticas diferenciadas estatales se ha avanzado en cuanto al acceso a la tierra para familias productoras, asalariados y asalariadas rurales, la concentración en cuanto a la tenencia de la tierra sigue siendo extrema.

Simplificando y tomando como referencia el censo rural de 2011, hoy el 60% de la tierra (unos 10 millones de hectáreas) está en manos de un 10% de productores (unos 4.000 propietarios) y al mismo tiempo, el 70% de los productores (unos 30.000), que tiene menos de 200 hectáreas, ocupa sólo el 10% de las tierras.

El encarecimiento de la tierra agropecuaria, junto a la concentración antes descripta y la llegada de capitales internacionales de inversión, ha significado la pérdida de miles de explotaciones familiares, así como amplias áreas dedicadas a la agricultura extensiva de oleaginosos y la forestación de corte trasnacional.

En algunas áreas, no obstante, las condiciones laborales han sido formalizadas, lo cual no alcanza a la hacienda ganadera tradicional o a sectores asociados a cadenas de exportación, como el citrus.

No es un hecho aislado

Es en ese desigual contexto de acceso a los medios de producción en el medio rural que, no obstante, los sectores asalaridos han ganado en organización y reconocimiento, al punto que el caso de Leites se tornó causa nacional. Es que no se trata de un hecho ajeno a las prácticas de explotación y castigo habituales, aunque tiene lugar en un contexto de recuperación de derechos que ha permeado desde las ciudades al campo uruguayo.

El dirigente del Sindicato de Peones de Estancias, César Rodríguez indicó que el caso de Leites “no es un hecho aislado”; hay casos “diseminados”, sobre todo en los sectores de la ganadería y el arroz, dijo en declaraciones a las radios públicas de Uruguay en momentos en que acompañaba al afectado a declarar ante la Justicia.
El dirigente señaló que los empresarios se manejan con total impunidad y subrayó que en el caso de la estancia Flor de Ceibo el régimen de trabajo es de semi esclavitud.

El hecho conmovió al país y fue portada de los principales informativos de TV y portales de internet. Desde el Estado se activaron los mecanismos de inspección y este miércoles se ingresaba a “Flor de Ceibo” por parte del Ministerio de Trabajo.

El titular de dicha repatrición indicó que “una vez conocida la denuncia el ministerio dispuso de manera inmediata una actuación de oficio con participación de la Policía y la Justicia”. Agregó que, a partir de la información recibida, el tema pasó a ser de "máxima prioridad" y que en caso de comprobarse las denuncias se tomarán las medidas que le competan a la cartera.

El caso “Flor de Ceibo” representó un campanazo para la opinión pública ultra urbanizada de Uruguay que visibilizó rincones del Uruguay donde la consagración de derechos se enfrenta a las prácticas feudales; donde el dueño de la tierra y sus ganados se asume también dueño de quienes en ella trabajan.

El poeta y cantor argentino Atahualpa Yupanqui resumió esta noción común en los versos conocidos como “Coplas del Payador Perseguido”:

El estanciero presume
de gauchismo y arrogancia.
El cree que es extravagancia
que su peón viva mejor.
Mas, no sabe ese señor
que por su peón tiene estancia.

(CC) 2017 Radio Mundo Real

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